Por Leonela S. Peña Rosario, MA.

El 8 de septiembre se celebra día de la Alfabetización Mundial; lo que recuerda crudamente la crisis en la que se encuentra la educación, por la pandemia del Covid-19 .

Leer y escribir son competencias esenciales para el desarrollo de la vida cotidiana. Implican un aprendizaje gradual, es decir, que se adquieren poco a poco. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, la alfabetización de niños y adultos se encuentra estancada. Situación que trae como consecuencia un retraso significativo en los estímulos iniciales de aprendizajes. Un alto en este proceso simboliza involucionar en la adquisición de la competencia lectora. Un resultado serio y preocupante.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) describe la alfabetización como una fuerza motriz del desarrollo sostenible ya que permite una mayor participación de las personas en el mercado laboral, mejora la salud y la alimentación de los niños y de la familia; reduce la pobreza y amplía las oportunidades de desarrollo durante la vida. Por lo tanto, es un tema que no debe tomarse a la ligera.

Por otro lado, la inducción educativa durante los primeros años, es muy importante en el desarrollo cognitivo, psicológico y emocional de las personas. Esto se debe a que en este tiempo es cuando se construyen las bases en las que los individuos crean sus propios conocimientos. No estimular el pensamiento, detener el ejercicio mental, la no interacción con entornos nuevos, truncar las secuencias de contenidos didácticos, un alto en la enseñanza de valores puede resultar en una generación llena de carencias y con baja calidad académica.

A continuación, presento sugerencias para mitigar el impacto del “Alto-educativo” al que nos ha obligado esta terrible peste:

-Es prioridad evaluar los hogares, con el propósito de seleccionar un espacio en el que sea factible estudiar, jugar, leer, escribir o pintar; sin interrupciones ni distracciones.

-Acondicionar el espacio con imágenes, frases, números, letras, carteles de fecha y clima, es el siguiente paso.

-Sacar tiempo para la lectura, no se puede dejar de hacer a cualquier edad. Leer implica agotar muchos pasos, trate con paciencia, de seleccionar los textos que le interesen a su hijo; por ejemplo, Patito Feo en una edad infantil y las 50 Sombras de Grey para un adolescente. Describir y analizar los títulos y las portadas es parte de este proceso. Realizar preguntas sobre el contenido de la lectura. Si su hijo no sabe, debe leer otra persona e involucrarlo en el proceso. Comente las lecturas en un lenguaje cotidiano. También, es enriquecedor observar y analizar las películas inspiradas en cuentos y novelas. Leer no se limita a descodificar las letras y signos, sino que, leyendo debemos buscar intenciones comunicativas, sentido, mensajes, significados y enseñanzas.

-Jugar con actividades que eduquen es siempre una herramienta con resultados eficaces. Invertir en juguetes educativos es un buen plan. Pero, la creatividad se pone de manifiesto con la necesidad. Jugar contando los elementos del entorno (piedras, semillas), dibujar en la tierra, mencionar los colores que observa, las adivinanzas, los trabalenguas, cantar, memorizar poesías, inventar un cuento; son actividades al alcance de todos.

-Escribir se aprende escribiendo, este es un proceso que inicia con el desarrollo de la destreza motriz fina. Unir puntos, colorear, recortar y pegar papeles, despegar, seguir laberintos, repetir trazos, tocar texturas, encajar objetos, no son actividades al azar, se colocan como medio de adquisición de esta destreza.

En conclusión, es responsabilidad de los tutores propiciar la continuidad de la estimulación educativa, incluso para los niños de dos a cinco años que, en algunos casos, no han tenido la oportunidad de ingresar a las escuelas. El derecho a la Educación es fundamental, proclamado por La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. No obstante, las cifras de miles de millones de niños y adultos, privados de educación, aumentó durante esta proliferación viral.