OPINIÓN
El acuerdo entre Danilo y Leonel
Por: Cristian Hidalgo
Aunque en lo personal existe una abismal diferencia entre los ex presidentes Danilo Medina y Leonel Fernández, políticamente hay algo que como fuerza centrípeta actúa entre ellos: la necesidad de ser «El Presidente». Nos remontamos al año 1996 (primer gobierno del PLD), aunque el Dr. Leonel Fernández era el Primer Mandatario, el Lic. Danilo Medina como Secretario de la Presidencia fue quien tuvo el poder de cancelar y designar. Sin embargo, al advertir la oportunidad que le ofrecía el impedimento constitucional que pesaba sobre el entonces Presidente, renunció a la Secretaría de la Presidencia y corrió por una candidatura presidencial que abrumadoramente perdió de Hipólito Mejía en el año 2000.
Ante el descalabro de la economía en los últimos dos años del gobierno perredeísta y la salida del Dr. Balaguer del espectro político nacional, con el apoyo del llamado «Consejo Presidencial Reformista» se convirtió el PLD en la opción para dirigir los destinos nacionales con Leonel como candidato presidencial, obteniendo una contundente victoria en primera vuelta. En su gabinete designó por segunda ocasión a Danilo Medina como Secretario de la Presidencia, a quien soltó las riendas del poder político, designando este a sus cuadros en las diferentes posiciones, con lo que controlaba todas las estructuras partidarias desde el Comité Central hacia abajo.
Es de todos conocido que más allá de la conformación del gabinete, todos los demás funcionarios debían contar con el visto bueno del Todopoderoso Secretario de la Presidencia; Leonel, un académico desprovisto de pretensiones pecuniarias ha acuñado en su interior la única ambición de ser «El Presidente» sin importar cómo se distribuya el gobierno por debajo de él. A pesar de Danilo concentrar todo el poder, renuncia en el año 2006, para perseguir su anhelado sueño de ser «El Presidente», no sin antes promover a todos sus cuadros políticos a nivel nacional, a ocupar posiciones congresuales y municipales en donde no fuesen alcanzados por las manos castigadoras del príncipe de palacio.
En las elecciones primarias del 2007, Danilo se encaminó a un suicidio electoral en contra del Todopoderoso Leonel Fernández, que no sólo controlaba el gobierno, sino que además de tener mayoría en el Comité Político, metió entre la espada y la pared a cuadros de Danilo que estaban en el gobierno, para que le apoyen (como el caso de Alma Fernández). En esas primarias se produjo un divorcio entre Danilo y Leonel que jamás ha tenido ni tendrá reconciliación (Danilo se atrincheró en su oficina privada sin apoyar a Leonel). Entre ambos existe un antagonismo que cada día alimenta sus respectivos egos, que no les permite habitar bajo el mismo techo, aún sea de manera provisional.
Al perder Leonel las elecciones internas del PLD, de una persona de tantas limitaciones como Gonzalo Castillo (apoyado por el presidente Danilo Medina y todo el gobierno), se hizo inminente su salida de ese partido, ya que en el Comité Político (del que era presidente), sólo era respetado por no más de un 20% de sus miembros. La gota que derramó la copa fue la convocatoria (en su ausencia) realizada por su Secretario General, en la que anunciaban al país una amonestación moral en contra de su otrora líder político, lo que para todos significó una expulsión (en sentido figurado).
Hoy sienten la necesidad (tanto leonelistas como danilistas) de regresar al poder y desde ya se han estado realizando reuniones en busca de una alianza entre la Fuerza del Pueblo y el Partido de la Liberación Dominicana. Ese es el deseo de los más sensatos y conservadores de ambas organizaciones políticas; sin embargo hay dos situaciones que provocan una especie de mezcla agua-aceite, que torna extremadamente difícil esa reconciliación: la primera es que fanáticos y resentidos peledeístas no le perdonan a Leonel no sólo haberles abandonado, sino unirse a su enemigo (PRM) para que hoy cientos de miles hayan perdido sus empleos; la segunda, quién encabezaría la boleta de la propuesta alianza.
Por un lado, sería impensable que la encabece Danilo Medina, porque no tendría sentido la salida de los leonelistas del PLD para bajarlo del poder; por otro lado no sería Leonel, porque tampoco tendría sentido todo cuanto hizo y arriesgó Danilo para evitar su ascenso al solio presidencial (incluyendo la salida del poder de su partido). Lo más viable para producir una alianza entre el PLD y la FP, sería que «ni Danilo ni Leonel», cuya posición descartaría la menor posibilidad de alianza, ya que al Dr. Leonel Fernández, lo único que le interesa de la política es ser «El Presidente» (no se produciría ni proponiéndole a Leonel la encabece su hijo Omar).